La tecnología de los audífonos ha cambiado con los años. Antes de que los audífonos digitales existiesen, los audífonos eran analógicos.
Las señales de sonido de los audífonos analógicos son continuas y de flujo uniforme, les faltan los matices sofisticados o las capas de sonido que tienen los audífonos digitales. Adaptarse a diferentes entornos de sonido con audífonos analógicos significa simplemente subir el volumen, lo cual resulta incómodo. Además, con los audífonos analógicos, no tiene la opción de reducir los ruidos de fondo.
Los audífonos digitales tienen señales de sonido que varían y son individuales, lo que brinda un sonido enriquecido con profundidad y variación. Por lo tanto, realmente se puede jugar con el sonido y el volumen de los audífonos digitales, ajustando la experiencia a las especificaciones personalizadas y a todas sus diferentes configuraciones.
En cada audífono hay un micrófono, un amplificador, un auricular y una pila para audífonos (reemplazable o recargable). Con los audífonos digitales, el amplificador ocupa el lugar central.
El amplificador en audífonos digitales actúa como un cerebro. En los analógicos, cuando se procesa el habla y el audio captado por el micrófono, se envía al auricular, haciendo los sonidos más fuertes. En cambio, un amplificador de audífono digital actúa de manera inteligente para dar vida a todos los matices y cualidades del sonido natural, adaptándose a diferentes configuraciones.
Subir el volumen para escuchar más no es la solución, puede ser abrumador o chirriante en ciertos lugares. Gracias a la tecnología digital, con los audífonos digitales se puede personalizar la experiencia auditiva para adaptarla a cada tipo de pérdida auditiva. Es un concepto similar al de ajustar las luces en casa; jugando con el tono y el estado de ánimo para que el ambiente sea perfecto.
Además, gracias a que los dispositivos auditivos digitales pueden emparejarse a otros dispositivos, como smartphones o tablets, se pueden transmitir llamadas y controlar discretamente el sonido sin tocar los oídos. ¡Nadie sabrá qué o a quién se está escuchando realmente! para olvidarse de la pérdida auditiva.
En cuanto al estilo, los audífonos digitales son inteligentes y generalmente pequeños; la combinación perfecta.
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